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viernes, 16 de septiembre de 2011

1976: La noche de los lapices




El 16 de septiembre de 1976, a seis meses de instaurada la dictadura que defenestró a Isabel Peron, asumiendo en el cargo la Junta de Comandantes entre los que estaban el Teniente Gral. Jorge Rafael Videla (Quedando como presidente de facto), el Almirante Eduardo Emilio Massera y el Brigadier Gral. Orlando R. Agosti.

En este gobierno comenzó el autodenominado "Proceso de Reorganización Nacional". Asumiendo como acciones de esta reorganizacion la suspension de las actividades politicas, de los derechos de los trabajadores, intervencion de los sindicatos, prohibicion de las huelgas, disolucion del Congreso y los partidos políticos, destitucion de la Corte Suprema de Justicia, intervencion de la CGT y de la Confederación General Económica (CGE), suspension de la vigencia del Estatuto del Docente, clausura de locales nocturnos, ordena el corte de pelo para los hombres, quema miles de libros y revistas considerados peligrosos,censura los medios de comunicación y se apodera de numerosos organismos.

La "desaparición" fue la fórmula más siniestra de la "guerra sucia": el "objetivo" era secuestrado ("chupado") por un comando paramilitar ("grupo de tareas" o "patota") donde, convertido en un número y sin ninguna garantía legal, quedaba a merced de sus captores. Todos estaban incluidos en la categoría de "enemigos de la nación".

Durante esta dictadura hubo miles de desaparecidos/as: la Conadep constató más de 9.000 casos. Los organismos de derechos humanos hablan de más de 30.000.

La operación conocida como la “Noche de los lápices”, que se desarrolló entre agosto y octubre de 1976, implicó el secuestro y desaparición de estudiantes secundarios de la ciudad de La Plata, que habían luchado en defensa de un boleto estudiantil.

Este suceso fue uno de los más representativos dentro de la represión impuesta por la dictadura cívico militar argentina, ya que las desapariciones se realizaron sobre estudiantes, en su mayoría, menores de edad.

Según la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) la policía bonaerense había preparado un operativo de escarmiento para los que habían participado de la campaña por el boleto estudiantil, considerada por las Fuerzas Armadas como «subversión en las escuelas», y que "los adolescentes secuestrados habrían sido eliminados después de padecer tormentos en distintos centros clandestinos de detención, entre los que se encontraban: Arana, Pozo de Banfield , Pozo de Quilmes, Jefatura de Policía de la Provincia de Buenos Aires y las Comisarías 5.a, 8.a y 9.a de La Plata y 3.a de Valentín Alsina, en Lanús, y el Polígono de Tiro de la Jefatura de la Provincia de Buenos Aires".

Lo del boleto estudiantil era solo una excusa, la verdadera amenaza era que los chicos/as eran en su mayoría militantes políticos de la organización peronista Unión de Estudiantes Secundarios. Pablo Díaz, uno de los sobrevivientes pertenecía a la Juventud Guevarista del Partido Revolucionario de los Trabajadores.

Emilce Moler, otra sobreviviente, describe el clima de época en 1975: “Yo diría al revés: ¿Cómo no iba a militar? Habría que haber vivido esos años para darse cuenta. Por supuesto que también estaban los que no se enganchaban, pero a la edad que yo tenía, y en Bellas Artes donde todo era libertad, participación y solidaridad, era imposible no militar. La revolución parecía estar ahí nomás. Latinoamérica estallaba por todos lados. Teníamos los modelos socialistas de Chile y Cuba. Yo podía no saber en qué partido, pero que iba a participar no tenía ninguna duda. Había todo un clima en el que estaba muy mal visto aquel que no se comprometía. Decirle a alguien, "sos un teórico", era el peor insulto. Podías discutir, pero si no militabas y no llevabas a la práctica tus ideas, eras lo peor.

Del 16 al 19 de septiembre de 1976 se llevaron a cabo operativos contra el movimiento estudiantil. Francisco López Muntaner, María Claudia Falcone, Claudio de Acha, Horacio Ángel Ungaro, Daniel Alberto Racero, María Clara Ciocchini, Pablo Díaz, fueron bestialmente torturados en el Pozo de Banfield. El único que salió vivo de ahí fue Pablo Díaz. Otros chicos raptados en sus hogares fueron Patricia Miranda Emilce Moler y Gustavo Calotti por Grupos de Tareas. Estuvieron en Arana, Pozo de Quilmes, Comisaría 3 de Valentín Alsina y Devoto. Luego quedaron a disposición del Poder Ejecutivo.





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