El 11 de septiembre de 1973 las Fuerzas Armadas de Chile derrocaron al Presidente Constitucional Salvador Allende en un golpe encabezado por el general Augusto Pinochet.
El golpe fue planeado por un sector de la Armada de Chile y los Estados Unidos. Posteriormente, se agregaron generales de los altos mandos de las Fuerzas Armadas y de Carabineros. El comandante en jefe del ejército, quien un mes antes había asumido la jefatura, general Augusto Pinochet asumió la dirección del complot. También hubo influencia de parte de varios grupos de poder nacionales e internacionales, entre los que destaca el presidente Nixon, que apenas asumido ordenó derrocar a Allende. Tambien participaron del golpe el vicepresidente de EEUU, Gerald Ford, George H. W. Bush y la CIA.
En la madrugada de aquel martes los militares, actuando con gran celeridad, se apoderaron de las emisoras de radio y televisión y para las 11:00 de la mañana ya eran dueños absolutos de Santiago de Chile.
Luego sometieron a intenso bombardeo y ametrallamiento al Palacio de la Moneda, sede del gobierno donde el Presidente Allende se atrincheró para morir en combate, empuñando una ametralladora. Tras la muerte de Allende se desató una ola de violencia represiva sin precedentes, sobre todos los barrios populares que fueron ocupados militarmente.
El nuevo gobierno de la Junta Militar presidida por Pinochet instauró una férrea dictadura que duró 17 años.
No había concluido aún el período autoritario cuando la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos reconoció oficialmente su participación en la organización y ejecución del golpe, proceso que según la propia Agencia se inició desde el mismo momento en que se produjo el triunfo de Allende en las elecciones, que fue la señal para iniciar la campaña de desestabilización. Marchas en rechazo al golpe de 1973.
Discurso de despedida de Salvador Allende
El golpe fue planeado por un sector de la Armada de Chile y los Estados Unidos. Posteriormente, se agregaron generales de los altos mandos de las Fuerzas Armadas y de Carabineros. El comandante en jefe del ejército, quien un mes antes había asumido la jefatura, general Augusto Pinochet asumió la dirección del complot. También hubo influencia de parte de varios grupos de poder nacionales e internacionales, entre los que destaca el presidente Nixon, que apenas asumido ordenó derrocar a Allende. Tambien participaron del golpe el vicepresidente de EEUU, Gerald Ford, George H. W. Bush y la CIA.
En la madrugada de aquel martes los militares, actuando con gran celeridad, se apoderaron de las emisoras de radio y televisión y para las 11:00 de la mañana ya eran dueños absolutos de Santiago de Chile.
Luego sometieron a intenso bombardeo y ametrallamiento al Palacio de la Moneda, sede del gobierno donde el Presidente Allende se atrincheró para morir en combate, empuñando una ametralladora. Tras la muerte de Allende se desató una ola de violencia represiva sin precedentes, sobre todos los barrios populares que fueron ocupados militarmente.
El nuevo gobierno de la Junta Militar presidida por Pinochet instauró una férrea dictadura que duró 17 años.
No había concluido aún el período autoritario cuando la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos reconoció oficialmente su participación en la organización y ejecución del golpe, proceso que según la propia Agencia se inició desde el mismo momento en que se produjo el triunfo de Allende en las elecciones, que fue la señal para iniciar la campaña de desestabilización. Marchas en rechazo al golpe de 1973.
Discurso de despedida de Salvador Allende
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