Después de más de 30 años de lucha guerrillera, el máximo jefe de las FARC-EP ha sido asesinado. Murió combatiendo, como un guerrillero raso más, mientras que quienes lo mandaron a asesinar, la élite dorada, jamás subieron al monte ni han puesto a uno sólo de sus hijos al frente de la batalla. Este era un desenlace que se veía venir, ya que desde el 2008 Cano se enfrentaba a una presión militar impresionante: 6000 tropas de élite contrainsurgentes a su caza, cerco militar en el sur del Tolima y Cauca, bombardeos indiscriminados en toda esa región. Y finalmente lo “cazaron”, no en Tolima como esperaban, sino en Cauca. El procedimiento fue típico: inteligencia militar (con apoyo decisivo de la CIA), bombardeos, desembarcos desde helicópteros y orden de asesinar, no de capturar.
Este procedimiento, en flagrante violación del derecho internacional humanitario, está en plena concordancia con el componente de la guerra sucia del Estado colombiano llamado “Plan Burbuja”, según el cual hay que golpear a los mandos guerrilleros para provocar un proceso doble: por una parte, estimular las deserciones, por otra, producir un fenómeno de “bandolerización” por la pérdida de los mandos político-militares y desestructuración de la cadena de mando (lo último implica que lo que realmente preocupa a la oligarquía no es ni la violencia ni la seguridad de los ciudadanos, sino conservar el poder a toda costa).
Quien abatió con bombardeos al compañero Alfonso Cano, es un ejército “regular” como los que estamos acostumbrados a conocer en nuestros países, amamantados con la doctrina de “la seguridad nacional” y sometidos a la batuta del imperio norteamericano a través de la siniestra Escuela de las Américas, se especializaron por largo tiempo en golpes de estado y represiones, torturas, desapariciones y asesinatos en masa. Unas veces ejerciendo o cuidando y defendiendo intereses antinacionales. Ese tipo de ejército aun se campea por nuestra región, es el caso concreto del ejército colombiano que obedece las instrucciones del pentágono a través de la CIA, usando sus bases militares en contra de las FARC, como muestra palpable de su incapacidad y sometimiento.
Para la oligarquía colombiana y el imperialismo, se trata de una contundente victoria militar. Ellos miden sus éxitos así. Son sus trofeos de guerra y las y los revolucionarios muertos, sus presas que deben ser exhibidas sin ningún reparo. De verdad, son morbosos, cínicos, asquerosos. Sus sonrisas macabras, de muñecos pervertidos, que se regocijan con la sangre del pueblo, atestigua la calaña humana que tienen.
Para nosotros, más allá de tratarse de un golpe y un revés militar muy duro, constituye, ante todo, un momento doloroso por la pérdida de un camarada, un hermano, un amigo, un conductor revolucionario. Realmente será muy difícil asimilar la realidad de no poder contar con tu presencia física, con tus ideas Comandante Alfonso Cano.
Es la guerra, la maldita guerra desatada por la oligarquía y el imperialismo la que se lleva a las mejores hijas y a los mejores hijos del pueblo. Sí, las y los mejores hijos del pueblo porque las y los que luchan por un mundo mejor, las y los que no esperan sentados a que algo les caiga del cielo, las y los que no están cómodamente sentados en sus cubículos haciendo divagaciones intelectuales, las y los que están cuando las papas queman, las y los que ponen su vida para construir una sociedad más justa y más humana, son las y los mejores.
Alfonso Cano, ya ocupa ese sitial, aunque lo ocupó mucho antes de su asesinato como ferviente guerrillero empeñado en lograr la paz con justicia social.
La fidelidad a Manuel lo caracterizó siempre, su dedicación a las FARC-EP fue evidente, su inteligencia para el análisis concreto de la realidad concreta incuestionable, su capacidad de constructor de un movimiento de masas impresionante, su liderazgo político y militar sobresaliente.
Los sesudos analistas vuelven a clamar, como cuando asesinaron a Raúl Reyes o al Mono Jojoy, el fin del fin de la insurgencia revolucionaria.
Los medios reproducen cada porquería que sueltan los representantes de la oligarquía santanderista.
El ejército colombiano se envalentona y su moral de combate, que estaba de capa caída, momentáneamente se vuelve a levantar.
Y Santos nuevamente lanza la amenaza: “O se desmovilizan o les espera la cárcel o la tumba”.
Es su forma muy democrática de construir la paz. De los problemas sociales que vive la mayoría de colombianas y colombianos, ni una palabra. Allá, eso es lo de menos para su gobierno. En definitiva, goza del apoyo decidido de Obama, mientras el narcoparamilitar de Álvaro Uribe ya lo felicitó por su nuevo crimen.
Una vez más, nos dicen que las FARC-EP están derrotadas.
Pese a este doloroso momento, la capacidad de adaptación dialéctica de las FARC-EP a los problemas por los que ha atravesado, le permitirá fortalecerse y pasar a una nueva etapa donde los golpes al ejército represor, a la oligarquía y al imperialismo serán contundentes.
Tu siembra Comandante Alfonso Cano será fructífera y la construcción de la Nueva Colombia no se detendrá con tu asesinato.
Recuerda, como dijo Nicolás Guillén al morir el Guerrillero Heroico, Ernesto Che Guevara, no porque hayas caído, tu luz es menos alta.
¡Hemos jurado vencer y venceremos!
A continuación la declaración pública de las FARC.
Escuchamos de la oligarquía colombiana y sus generales el anuncio oficial de la muerte del Camarada y Comandante Alfonso Cano. Resuenan aún sus alegres carcajadas y sus brindis de entusiasmo. Todas las voces del Establecimiento coinciden en que ello significa el final de la lucha guerrillera en Colombia.
La única realidad que simboliza la caída en combate del camarada Alfonso Cano, es la inmortal resistencia del pueblo colombiano, que prefiere morir antes que vivir de rodillas mendigando. La historia de las luchas de este pueblo está repleta de mártires, de mujeres y de hombres que jamás dieron su brazo a torcer en la búsqueda de la igualdad y la justicia.
No será esta la primera vez que los oprimidos y explotados de Colombia lloran a uno de sus grandes dirigentes. Ni tampoco la primera en que lo reemplazarán con el coraje y la convicción absoluta en la victoria. La paz en Colombia no nacerá de ninguna desmovilización guerrillera, sino de la abolición definitiva de las causas que dan nacimiento al alzamiento.Hay una politica trazada y esa es la que se continuará.
Ha muerto el Camarada y Comandante Alfonso Cano. ha caido el mas ferviente convencido de la necesidad de la solución política y la paz. ¡viva la memoria del comandante Alfonso Cano!
Escuchamos de la oligarquía colombiana y sus generales el anuncio oficial de la muerte del Camarada y Comandante Alfonso Cano. Resuenan aún sus alegres carcajadas y sus brindis de entusiasmo. Todas las voces del Establecimiento coinciden en que ello significa el final de la lucha guerrillera en Colombia.
La única realidad que simboliza la caída en combate del camarada Alfonso Cano, es la inmortal resistencia del pueblo colombiano, que prefiere morir antes que vivir de rodillas mendigando. La historia de las luchas de este pueblo está repleta de mártires, de mujeres y de hombres que jamás dieron su brazo a torcer en la búsqueda de la igualdad y la justicia.
No será esta la primera vez que los oprimidos y explotados de Colombia lloran a uno de sus grandes dirigentes. Ni tampoco la primera en que lo reemplazarán con el coraje y la convicción absoluta en la victoria. La paz en Colombia no nacerá de ninguna desmovilización guerrillera, sino de la abolición definitiva de las causas que dan nacimiento al alzamiento.Hay una politica trazada y esa es la que se continuará.
Ha muerto el Camarada y Comandante Alfonso Cano. ha caido el mas ferviente convencido de la necesidad de la solución política y la paz. ¡viva la memoria del comandante Alfonso Cano!
Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP
Montañas de Colombia, 5 de noviembre de 2011
Montañas de Colombia, 5 de noviembre de 2011
Fuente: Agencias de noticias
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